Por Laura Pardo
El terreno en el que pretendemos juzgarnos unos a otros y decirnos qué esta bien y qué esta mal, es sin duda un poco pantanoso y aún más movedizo, sin embargo, por el terrible aburrimiento mental al que la mayoría de los seres humanos nos vemos avocados todos los días, decidimos, unos y otros, entregarnos al delicioso y enviciante placer de sentenciar y creernos los dueños de la razón, para entregarsela a nuestros contradictores, con mayor o menor pasión, según sea el carácter de quien sentencia. Dicho esto, me uno a la discusión y me dispongo a dar mi punto de vista sobre el tema.
En una sociedad capitalista como la nuestra, absolutamente todo es suceptible de fungir como mercancía en alguna circunstancia, entendiendo como mercancia cualquier bien o servicio que pueda ser cambiado por dinero, bienes o servicios, en una transacción realizada entre, por lo menos, dos partes. Así pues, todo puede ser mercancía, y no quiero decir con esto que esté bien o mal que así sea, simplemente quiero decir que así es, es parte de la realidad que esto suceda. Es mercancía un camionado de ropa por kilos que llega al Only para que las señoras la compren, es mercancía el libro de poemas que escribe el artista mientras siente desgarrar sus entrañas y que luego es puesto en una imprenta y se vende por unas decenas de miles a los ávidos lectores, es mercancía el trabajo del periodista que indaga y saca a la luz la verdad de sus investigaciones, porque ese periodista es contratado, con una remuneración económica de por medio, por el dueño del periodico donde trabaja, que a su vez vende pauta a otros dueños de mercancias varias, y esta mecánica reconocida por todos es lo que permite a unos y otros sobrevivir y caminar más o menos cómodamente por el mundo capitalista que todos habitamos.
De la misma manera, por supuesto, es mercancía el servicio de una prostituta, que decide pasar un rato y acceder a algún nivel de acercamiento sexual con la persona que pagará por su tiempo y le permitirá ejercer su derecho a trabajar.
Pero entonces, cuál viene siendo, según nuestros moralistas amigos detractores, la diferencia entre los primeros ejemplos y éste último? Pienso yo que la diferencia radica, entre otras cosas, en que si bien nos jactamos de respetar y defender las libertades individuales en muchos ámbitos de la vida en comunidad, no reconocemos el mismo derecho a la libertad en cuanto a la sexualidad femenina se refiere, entendiendo por sexualidad lo que reza en la definición de la Real Academia de la Lengua Española: 1. Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo. y 2. Apetito sexual, propensión al placer carnal.
La sexualidad femenina, gracias a nuestra católica y conservadora educación, es regida por unas leyes diferentes a las que rigen los demás comportamientos de una mujer, bien sea pública o privadamente. Desafortunadamente para nuestra sociedad, la cultura católica, si bien tiene valores destacables como la humildad, el mandato de amar al prójimo y ayudarlo por ejemplo, también está plagada de una doble moralidad abrumadora y descarada, tan profundamente arraigada en nuestra sociedad desde hace tantos años, que para muchos es imposible de detectar y por lo que pueden seguir tan campantes, diciendo una cosa y haciendo lo contrario.
Creo yo que a estas alturas de la historia quedan pocos hombres – lastimosamente no tan pocas mujeres – que se sientan pecadores abominables cada vez que se masturban, no importa si esto sucede y llega a su tan anhelado fin inspirados por una película porno, soft o hardcore, por una revista, por ver a alguna mamacita en la sección de farándula en el noticiero, por la remembranza de la amiga que le encanta o de la novia que le fascina, todas estas mujeres son amadas y bien recibidas en el imaginario masculino, que pone todo su empeño en alcanzar el orgasmo en su solitaria masturbación, que es posible gracias al propio conocimiento del movimiento manual adecuado y a la infinita imaginación inspiradora, pues después de todo, el más importante órgano sexual es el cerebro.
Y entonces porque cuando salimos de ese espacio omnubilado por la lujuria, cuando ponemos nuestro cerebro en otro modo y estamos dispuestos a socializar y exponer nuestro punto de vista sobre cualquier cosa frente a otros, resulta que es condenable que alguna mujer conocida, ella misma, su imagen o sus palabras, haga las veces de musa inspiradora para la imaginación lujuriosa de otros. Cuál es la explicación lógica de esto? Por qué nos avergonzamos de nuestra sexualidad y de la de los/las demás?
Por supuesto, existen diferentes ámbitos de la vida en sociedad, y el hecho de que esta tendencia lujuriosa de la que hablo sea una realidad común a todos los seres humanos y más especialmente notable en el género masculino – aunque otra vez, no exclusivamente – y aún más que común, importantísima para la cotidianidad de la mayoría de nosotros, es lo que hace posible la generación de negocios enfocados a responder las necesidades del público sobre este tema. Si no existe la demanda, no perdura la oferta y aquí podríamos acercarnos, los contradictores y yo, en el común acuerdo de considerar verdadera la vieja frase de que el sexo vende, porque es verdad que vende, y aunque ellos piensen que esta mal, yo defiendo el derecho y la bondad del quehacer de publicaciones como esta y de negocios que dependen de la sexualidad humana, en todas sus ramificaciones y expresiones. Y defiendo ese derecho porque si tengo derecho a ejercer mi sexualidad como lo tienen todos, por qué va a estar mal buscar la manera de conseguir el dinero que todos buscamos en esta sociedad, con un negocio relacionado con este tema? Deberíamos prohibir entonces que las personas adultas que así lo decidan, se dediquen a la prostitución o al modelaje de ropa interior si así lo desean, porque eso inspira lujuriosamente al público o a los clientes, por quienes tiene razón de ser este negocio?
Obviamente no es igual la seducción de una mujer a su pareja, en el ámbito de la intimidad compartida habitualmente por los dos, a la seducción de una modelo que quiere mostrar impecablemente la ropa interior que lleva puesta para un contrato que suscribió o a la seducción que pretende alcanzar una bogotana que aparece en esta revista, con las maneras y sensualidad que cada una quiera y le parezcan. Son diferentes porque los ámbitos en los que se presentan y la intención con la que se hacen son únicos en cada caso, pero a la hora del té, como dicen las mamás, lo que se hace es lo mismo: explotar y aprovechar la dicha que tenemos de poseer y poder estimular nuestro propio placer sexual. Qué tiene de malo entonces que en algunos casos el ámbito sea una transacción económica, en la que ambas partes salen beneficiadas? Qué es lo que contamina la situación? El dinero? Aún cuando es el bien que todos debemos perseguir, para conseguir honradamente el sustento diario? Porqué va a estar mal tratar de conjugar la necesidad económica de sobrevivir con el aprovechamiento de la tendencia humana por el placer sexual?
Considero que se percibe que está mal involucrar dinero justamente porque si hay dinero, necesariamente, nuestra educación capitalista, exige claridad, si vamos a hablar de plata tiene que ser de frente, sin tapujos ni disfraces, y esa claridad está en contravía del pudor, vergüenza o recato que, nos enseñaron, debía cubrir nuestro cuerpo y mente sexual y todo lo que con ello tuviera que ver. Esa misma doble moral es la que permite el surgimiento de frases como «no esta mal ofrecer dinero, lo malo es que ella acepte». Si usted considera que esta mal que acepte, por qué se lo ofrece? Para poner a prueba su mojigatería y establecer un diálogo velado en donde no se pregunta lo que se quiere saber sino lo que se supone que se debe preguntar? Según quién? Por qué no ser abiertos, por qué no mostrarse siempre como uno es, sin vergüenzas ni mentiras, por qué no tenemos el mismo carácter para poner la cara por nuestros deseos como para juzgar las acciones u omisiones de otros?
Por esa misma maña que tenemos desde hace años de no decir las cosas por su nombre, es que una periodista en radio se demora 10 minutos en la encrucijada de tener y no poder decir la palabra «vagina» – esto es un vergonzoso caso real que paso en wradio hace algunas semanas – porque hace parte de la noticia que debe dar; por esa misma mala maña es que es posible decir que una modelo que posa desnuda para una foto es igual que una prostituta que tiene relaciones sexuales con un cliente – no digo que esté bien o mal, de hecho no creo que esté mal, pero definitivamente no es lo mismo – pero para poder entendernos, es necesario hablar claramente y sin vergüenzas.
Un punto que quisiera destacar y que sí me ofende profundamente, es esa autocompasión y autocastración que ejercen muchas mujeres sobre sí mismas y pretenden ejercer sobre otras, pues considero que no es más que la demostración de la debilidad de carácter y pobreza de inteligencia con la se ha moldeado al género femenino y su deber ser en sociedades como la nuestra. Qué diablos significa, para los pseudo moralistas que discuten aca, que una mujer se haga respetar? Para mi hacerme respetar es expresar mi profundo desacuerdo en que traten a las mujeres como niños estúpidos que no pueden hablar ni decidir por sí mismas lo que quieren hacer, hacerme respetar es exigir que se midan con la misma vara mis argumentos y los argumentos del hombre que me contradice, para mí hacerme respetar es deferender mi derecho, si se me da la gana, de arrechar con mis gestos, palabras, acciones o fotografías al, o a los que quiera, de la manera que se me antoje; para mí hacerme respetar es pedir que se intente ver 5 centímetros más allá de la naríz y entender que un cerebro, aunque esté acompañado de un cuerpo delicioso y hasta desnudo, no deja de funcionar ni de tener todas las posibilidades del cerebro de Einstein.
Sin embargo, hay detalles sobre los que no se puede discutir, como por ejemplo si las fotos de otra me gustan o no me gustan, si las catalógo como softporn, vulgaridad, erotismo o chocolocura, eso depende de cada uno y no hay verdad definitiva sobre ello, entre gustos no hay disgustos como dicen y nadie puede decir si la línea entre lo pornográfico y lo erótico está más cerca de donde dice mi abuelita o de donde digo yo. Insisto en que es más degradante para mí que se me condene y se me trate de pobrecita manipulada por los dueños de la revista, como una idiota que no piensa por sí misma porque decidí ejercer mi derecho a mostrar mi cuerpo al que lo quisiera ver, en las condiciones en las que quise hacerlo y que a mí, única implicada y con derecho a opinar en el asunto, me parecieron bien.
Por supuesto, si usted es una persona conservadora, que le parece mal el entretenimiento lujurioso, hablar de frente de sexo y publicar fotografías donde se pueda ver más que lo que muestra un vestido de baño común y corriente, no tiene que amargarse la vida pensando en nuestra existencia, puede irse y ver otra cosa, también puede quedarse y darse látigo y sufrir por el camino que está tomando la juventud – aunque eso mismo se dice de los jóvenes desde el siglo I, pero bueno -, puede también crear en contraposición, una publicación que defienda los valores exactamente contrarios a esta o puede educar a sus hijos para que no les guste lo que hacemos, si quiere, puede quedarse también, exponer sus puntos de vista de manera respetuosa y esperar que lo conquistemos con nuestros argumentos o que nos conquiste usted con los suyos. Lo que si no puede hacer es venir a insultar a quienes con toda libertad y conciencia participan de este proyecto y están de acuerdo con sus premisas. Si este es su caso, le pedimos respetuosamente que se abstenga de expresar sus opiniones acá y lo invitamos a que trate de entender un punto de vista que, aunque es diferente, es tan válido como el suyo.
http://www.buenabonitaybogotana.com/
>Bueno! y si no les importa a las mujeres que estan posando… QUE CARAJOS LES IMPORTA A USTEDES?!!!… Cada Loco con su Cigarrete!!! Saludos BByB… Saludos a las chicas… Saludos Bogotà!
>Del putas no.. del putisimas
>uppaaaaa coooll
>Buen artículo. Sigan adelante!! Saludos desde Cali.
>Esto ya lo plantee en el foro de BBYB pero vuelvo y lo formulo acaEspero que cuando regresen de sus vacaciones me respondan las siguientes preguntas.¿Porque ustedes como creadores de la revista BByB se autoproclamaron defensores de la libertades sexuales y de la opción sexual de la mujer?¿No es triplemente inmoral y doblemente mojigato, defender los derechos a la libertad sexual de las mujeres, partiendo de la idea misma de que hay que exhibir el cuerpo humano reduciéndolo todo al concepto de producto y luego promoviendo la mercantilización de la mujer atreves de una pagina web?¿No es peligroso mostrar estos cuerpos con la excusa de que se combate la doble moral, pero a la vez ustedes ganan plata por ello. Promoviendo otra clase de eventos que no tienen nada que ver con la participación y la lucha social de los derechos de la mujeres?¿Porque la revista BByB se dedica exclusivamente a promulgar las libertades sexuales de las jóvenes capitalinas, pero se excluye de manera solapada y cínica a la otra gran parte de mujeres, que componen el universo del genero femenino (edad, raza, etnia, etc…)?¿Porque la revista BByB se dedica única y exclusivamente a promulgar las libertades de las jóvenes bogotanas y su derecho a expresar su comportamiento sexual, Reduciéndolo todo al ámbito del sexo, Esto no seria fragmentar los derechos humanos y la esencia misma del ser humano?Pd: Soy iconoclasta y en consecuencia -aunque parezca redundante- no soy un conservador, odio profundamente a la iglesia católica. A todo a lo que huela o sepa a moral.Hice la anterior advertencia para que no se me mal interprete las anteriores preguntas.
>¿Una patada a la doble moral?Si bien entiendoUstedes pretenden “rescatar el bogotanizmo, de la mujer bogotana” {Sergio mejia creativo}, por medio de esta revista arguyendo y haciéndose pasar como abanderados Y/o promulgadores de las libertades sexuales de la mujeres y de su derecho a disponer sobre su cuerpo, ya que, dentro de la sociedad se tiende a estigmatizar algo tan corriente como lo es todo lo relacionado con los cuerpos de las mujeres y en concreto todo lo que tenga que ver con el sexualidad humana, si de algo si estoy acuerdo es con todo lo anterior; no hay algo mas detestable que las normas y las leyes de la iglesia católica y su moral retrograda, pero, me queda la sensación de que ustedes apelan a estas verdades para proteger intereses ocultos. Creando un discurso cínico alrededor de las libertades sexuales y de los derechos de las personas con respecto a su cuerpo, por otro lado, retomando la idea de Laura dice: implícitamente lo siguiente “en una sociedad capitalista como la nuestra, absolutamente todo es susceptible de fungir como mercancía (…) Así pues, todo puede ser mercancía, y no quiero decir con esto que esté bien o mal que así sea, simplemente quiero decir que así es”. ¿Mercancía?, ¿Ustedes consideran que los cuerpos de unas niñas son burdas mercancías?, porque sin duda esa es la idea que Laura pardo y su grupo pretenden promover. -cobijados bajo la defensa de la libertades sexuales y la de darle una “patada a la doble moral”-, es decir, como vivimos bajo las leyes del mercado y de las libertades individuales promulgadas y defendidas por la estirpe neoliberal, pues, esta permitido reducir la condición humana a meros intercambios de bienes y servicios. En consecuencia, como la realidad es así y como vivimos bajo un sistema capitalista. Pues esto me permite argumentar la idea de que el ser humano es un objeto. Un objeto que puede ser intercambiado y vendido. Protegido por las actuales reglas hegemónicas de una sociedad. Entonces Laura remata diciendo “yo defiendo el derecho y la bondad del quehacer de publicaciones como esta y de negocios que dependen de la sexualidad humana, en todas sus ramificaciones” La anterior afirmación parece más bien la desvergonzada e infame proclama de un capitalista salvaje, queriendo volverlo todo un producto, con esto no quiero decir que allá que prohibir y censurar los comportamientos sexuales de las personas. ¡Ojo!, ni tampoco estoy diciendo que allá que cerrar BBYB , porque allí las niñas aparezcan desnudas o con poses sugerentes , lo que estoy diciendo es que se me hace muy sospechoso los motivos que impulsan a los creadores de BBYB, no les creo el cuentico ese de promover la emancipación y la reinvindaciones de los derechos sexuales de las mujeres, ni tampoco eso de “darle una patada a la moral”, ya que, lo que se busca con esa clase de revistas es todo lo contrario es seguir precisamente eso seguir promoviendo y consolidando esa moral retrograda que tiende a estigmatizar los cuerpos de las mujeres como a su sexualidad..Lo que si dijo es que Hay que prohibir que persones malintencionados se aprovechen y se enriquezcan acosta de la belleza juvenil. Bajo la descarada pero astuta frase de que hay darle Una patada a la doble moral.