Hubo escándalo todo el día en twitter por la foto de una rola “sin culo y con estrías”, una rola de seguro menos acomplejada que las y los “influyentes” que se dedicaron a atacarla.
Otra ola de críticas a BBYB por su falta de estética, producción, concepto y por osarse a mostrar la foto de una mujer común, ¿cómo se atreven a poner la foto de una vieja sin culo y con estrías? Porque, es evidente, no sólo la muchachita merecía la burla pública por tener estrías, sino que la revista BByB merecía el repudio generalizado por atreverse a mostrarla; así, segura de sí misma y de lo hermosa que en realidad resulta ser.
De la mano de las burlas a la rola desculada llegaron las burlas a la rola negra, a la rola teticaida, a la rola mechi pintada, a la rola gorda, a la rola desarreglada. Aparecían por montones mujeres señalando que las viejas BByB no las representaban y que, además, al publicarlas hacían quedar mal a la mujer bogotana porque, ni más faltaba, todas las rolas son lo que las viejas de BByB no, ¿de dónde sacará la revista esos especímenes tan raros? Si es que ese tipo de mujeres (ojo, no sólo rolas) son las que no se muestran, son las que se esconden y se niegan; son las que no tienen derecho a ser fotografiadas o admiradas porque es de mal gusto, salido de los cánones de lo bonito, de lo aceptado.
Todo esto para decir que NO, que las chicas BByB no nos representamos más que a nosotras mismas; que no nos interesa en absoluto representar a quien se escuda en los demás para ocultar sus propios complejos. Que estamos seguras de lo que somos y que, abiertamente, decidimos mostrarlo, porque si mostramos nuestras estrías, cicatrices, gordos y toda la lista interminable de “imperfecciones” es porque ya nos liberamos de ellas. ¿Qué esconden esas personas que se creen con el derecho a censurar el cuerpo de alguien más? Habrá que ver.
Como aviso parroquial les anunciamos: No nos representamos más que a nosotras mismas, si sienten simpatía por ello ¡Bienvenidos! Si no, hay en el mundo un sinfín de mujeres y hombres que creen que una estría es condenable ¡A por ellos!